La hora del Planeta

Este sábado, 26 de marzo, a las 20.30 horas, en muchas ciudades se decidió apagar las luces durante una hora. Es lo que se conoce como 'La hora del Planeta', una iniciativa a nivel mundial para luchar contra el cambio climático y para concienciar a la población sobre la necesidad de promover un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

¿Quién promueve esta iniciativa?

WWF (World Wildlife Fund), una de las mayores organizaciones internacionales independientes dedicadas a la conservación de la naturaleza. Creada en 1961, cuenta desde 1968 con una sección española WWF España.

¿Cuándo comenzó a realizarse 'La hora del Planeta'?

En Sídney (Australia), en 2007. Entonces 2 millones de personas secundaron la iniciativa y apagaron las luces en un gesto solidario con la naturaleza. Un año después, entre 50 y 100 millones de personas de 370 ciudades de 35 países celebraron 'La hora del Planeta 2008'.

¿Qué objetivos tienen a largo plazo?

Buscan la implicación de los individuos, los gobiernos y las empresas en la realización de acciones, durante todo el año, encaminadas a favorecer la conservación de la naturaleza y promover el ahorro energético. WWF trabaja activamente para lograr que en la Cumbre del Clima, que se celebrará en diciembre de 2011 en Durban (Sudáfrica), los países participantes aumenten sus compromisos para reducir las emisiones de CO2 y frenar el progresivo aumento de la temperatura de la Tierra. Además, piden que ese acuerdo sea justo con los países en vías de desarrollo, que hasta ahora son los menos responsables del cambio climático.

¿Quiénes se sumarán el sábado a 'La hora del Planeta'?

Bajo el lema 'Apaga la luz, enciende el Planeta', este año se ha batido el récord de participación: casi 4.000 ciudades y 130 países de todo el mundo.

¿Y tú?... ¿Le dedicas al planeta y al medioambiente sólo una hora? ¿Qué más puedes hacer?

Pensando en la crisis

No sé si todavía no te has dado cuenta de que vivimos en una situación de crisis económica que está afectando seriamente a las familias.

Cada día hay más personas en paro y menos dinero en las casas.

Tú y yo no podemos solucionar la crisis. Pero igual podemos ayudar a que en nuestra casa no se note tanto. Pregúntate lo siguiente:

¿Cuánto has gastado este último mes en teléfono?

¿Quién corre con tus gastos habituales?

¿Cuánto ha sido el gasto familiar de electricidad, gas, alimentación?

¿Cuánto cuesta la ropa que usas y la que está en el armario y ya no usas?

Si no somos capaces de responder a estas preguntas, creo que aún tenemos una asignatura pendiente en nuestra vida diaria. La asignatura de saber lo que cuestan las cosas y el conocimiento del valor de lo que nos rodea.

Habituarnos a hacernos estas preguntas y, si vivimos en familia, a conocer sus respuestas tanto padres como hijos, podría quizás a ayudarnos a vivir un consumo más inteligente y moderado, una vida más austera y una forma de educar a los jóvenes en la corresponsabilidad.

No está de más, de vez en cuando, creo yo, saber lo que vale un peine

Y tú, ¿necesitas cambiar?

Un juez tenía intención de liberar a un preso de la cárcel, por lo que hizo pasar a uno por uno para entrevistarse cara a cara con él y ver quién merecía ser liberado.

Al preguntar al primero la razón de su encarcelamiento, éste le dijo: “Estoy aquí porque me han calumniado y acusado injustamente”.

Llamó al segundo y éste contestó: “Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira”.

Y así fueron pasando los presos y todos se declaraban inocentes. Hasta que llegó el último y contestó: “Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control. Por eso lo maté. Hoy me doy cuenta de que hice mal y estoy muy arrepentido”

El juez se levantó y dijo: “Voy a liberar a este último preso”. Todos se quedaron perplejos y dijeron: “Pero, ¿por qué lo vas a liberar a él?

El juez contestó: “El castigo es para los que esconden sus faltas. La misericordia para los que las reconocen y se arrepienten”.

Carnaval

Durante estos días celebramos los carnavales. Pero ¿de dónde viene la palabra “carnaval”?

A comienzos de  la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar “carne-levare” que significa “abandonar la carne” (lo cual era prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma).

Posteriormente, surgió otra etimología que es  la que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra italiana “carnevale”, que significa la época durante la que se podía comer carne.

Pero a finales del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. “Carna” es la diosa Celta de las hadas y el tocino. También estaría conectada con las fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios “Karna”.

Algunas personas creen que la palabra carnaval hace referencia a una supuesta antigua tradición pagana en la que se ofrecía carne al dios Baal (carna-baal) en una fiesta donde todo vale.

Bueno ya conocemos algo más sobre esta fiesta del carnaval. Esta es una fiesta que nos invita a disfrutar de nuestros disfraces, nuestros amigos y nuestra familia en un ambiente más distendido. Una ocasión más para disfrutar y compartir nuestra alegría con ellos.

Llega el carnaval

La fiesta del carnaval en el colegio no pretende ser como la de Río de Janeiro, en Brasil,  preparada con muchísimo dinero…

Tienen más mérito los disfraces  que se realizan en casa… porque es algo personal de cada uno.

Con todo, también se pueden aprovechar los de otros años o algún amigo que te deje el que no usa. El caso es unirse para pasárselo bien ayudándonos unos a otros. También da mucho resultado el que todos de la cuadrilla vayan vestidos con el mismo disfraz.

Pero lo que sí caracteriza a todos es  la alegría.

Que ese ambiente de fiesta y de alegría dure mientras tengamos puesto el disfraz, antes  y después. Es decir, siempre.

 Sonríe  a las personas con las que te cruces. Regala sonrisas y coge prácticas también para los demás días del año.

Estos días además, nos podemos sentir unidos a  mucha gente de culturas diferentes. En muchos sitios son importantes los carnavales. Hace miles de años ya los griegos y japoneses se ponían máscaras. En Europa la tradición se extendió a partir de Italia,  sobre todo en Venecia.

Que todo ello contribuya a querernos y a ayudarnos para pasárnoslo bien.