martes, 12 de marzo de 2013

Recibo de la luz


¿Somos personas que damos luz?
Una luciérnaga es un gusano que emite una luz brillante en la oscuridad. Pues, cuenta una leyenda que hubo una vez una serpiente que empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huyó rápidamente de su predadora pero la serpiente no desistió. La pobre luciérnaga huyó un día y la serpiente la siguió; huyó otro día y la serpiente la siguió de nuevo. Y al tercer día, ya sin fuerzas para seguir huyendo, la luciérnaga se paró y le dijo a la serpiente:
 - ¿Puedo hacerte tres preguntas?
 - No acostumbro a ser tan benévola -respondió la serpiente-, pero como te voy a devorar puedes preguntar lo que quieras.
- ¿Pertenezco yo a tu cadena alimentaria? -preguntó con cierto miedo la luciérnaga.
- No -respondió la serpiente con rotundidad.
¿Te he hecho yo algún tipo de daño?  -volvió a preguntar la luciérnaga.
- No  -volvió a responder la serpiente.
- Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo? -preguntó de nuevo la luciérnaga.
¡PORQUE NO SOPORTO VERTE BRILLAR" -respondió la serpiente.
De esta simple fábula podemos aprender grandes lecciones para la vida. Ahí os dejo algunas para que las meditéis:
Muchas veces nos vemos envueltos en situaciones duras y difíciles que nos cuesta comprender o asimilar y nos preguntamos: "¿por qué me pasa a mí esto?", "si yo no hago nada malo, si no le hago daño a nadie, ¿por qué, entonces se burlan de mí?", "¿por qué se meten conmigo los demás?".
Pues la respuesta es muy sencilla: PORQUE NO SOPORTAN VERTE BRILLAR. Cuando te pase algo, así no dejes nunca de brillar, continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, no permitas que las palabras y acciones de otros te hieran y te apaguen. Sigue brillando, porque tu luz seguirá intacta; tu esencia permanecerá pase lo que pase.
¡Sed siempre auténticos, sed siempre vosotros mismos, incluso aunque tu luz moleste y despierte la envidia de los predadores que os rodean!

martes, 5 de marzo de 2013

Recibo del IBI



¿Habéis oído hablar alguna vez del pago del recibo de la contribución también conocido como el del IBI? Puede que sí, puede que no. Para quienes no lo conocéis, sabed que el IBI es el Impuesto de los Bienes Inmuebles, un impuesto que se le paga al ayuntamiento o al Estado por tener una propiedad en su ámbito territorial y disfrutar de ella. E un impuesto anual, obligatorio, que se calcula de manera objetiva habida cuenta la superficie, la zona… Vosotros que sois propietarios y propietarias del más preciado bien que sois vosotros mismos, vosotras mismas; ¿imagináis que tuvieseis que pagar un impuesto por eso? Afortunadamente hay cosas que no se pueden pagar con dinero.
Ahora bien, imagina que tuviese que establecer unos criterios objetivos por los que le tuvieras que poner precio (simbólicamente hablando, claro) a lo que tú tienes, a lo que tú eres: ¿Serías de las personas legales que “pagan” por lo que realmente tienen, por lo que realmente son, o serías de esa clase de gente que comete “fraude” intentando engañar con respeto a lo que poseen?
Dicho de otro modo: ¿Eres una persona auténtica que disfruta a tope de la vida y que contribuye a la felicidad de los demás o por el contrario eres una persona que basa su vida en las apariencias, que ponen por delante el “tener” antes que el “ser”, que vive la costa de los demás?
¿Qué impuestos estás dispuesto/a pagar? ¿El de la autoestima, el esfuerzo, el compromiso, la entrega, la ilusión? ¿El del buen humor, el aprecio por los demás, la escucha, la compasión, el apoyo incondicional? ¿El del cuidado del medio, el consumo responsable, el respeto por la naturaleza?
Apostar por ser una persona legal y comprometerte por lo que quieres ser o fingir ser y tener algo diferente a lo que realmente eres o tienes con tal de “escaquearte” de “pagar” por eso, depende de ti.
¡Tú decides!

martes, 26 de febrero de 2013

El recibo del teléfono


¿Somos personas en comunicación con nosotros mismos? ¿Con los demás? ¿Con Dios?

Vivimos en un  mundo muy ruidoso por fuera y con muchas prisas por dentro, que hace realmente muy difícil que nos prestemos atención a nosotros mismos, a los demás y por supuesto a Dios. Hablamos con voz fuerte, nos movemos muy rápidamente, decimos unos a los otros qué tienen que hacer, pero, a menudo, somos incapaces de escucharnos y por lo tanto de comunicarnos y menos, de comprendernos. Es preciso, pues, escuchar para que haya comunicación.

La actitud de escuchar comienza en el ámbito personal. Es preciso hacer un momento de silencio para lograr la comunicación intrapersonal( con nosotros mismos).

La comunicación intrapersonal es el diálogo que mantenemos con nosotros mismos; a través de ella aprendemos a conocernos, a valorarnos, a evaluarnos y a estimarnos. Por aquí tenemos que empezar.

Pero los seres humanos necesitamos además hacer partícipes a los demás de nuestras emociones y sentimientos y participar de los ajenos; y aquí vuelve a aparecer la necesidad de escuchar.

La comunicación entre dos personas puede ser artificial, defensiva, mecánica como quien habla con una máquina, o por el contrario puede ser fluida, abierta, espontánea, confiada y cordial; en la primera el individuo comunica cosas, en la segunda se comunica, comparte, participa, se involucra y se da.

La comunicación interpersonal es “hablar con”, no “hablar de”, o “hablar sobre”; implica  escuchar y aceptar al otro y a la vez permanecer uno mismo sin diluirse.

Y si para comunicarnos con nosotros y con los demás es preciso escuchar sin mirar el reloj, no tener prisa por dentro, mucho más preciso es para comunicarnos con Dios. El silencio, el recogimiento y la disposición de escuchar  son las premisas indispensables para iniciar la comunicación con Dios. Y el principal medio de comunicación con Dios es la oración; pero ¡ojo!, orar no es recitar innumerables letanías y oraciones aprendidas de memoria a una velocidad de vértigo. La oración implica diálogo, exponer nuestras necesidades y preocupaciones y a la vez escuchar a Dios, adaptando nuestra vida a sus enseñanzas.

Concluyendo, en la base de toda comunicación, sea con nosotros, con los otros o con Dios, está el saber escuchar. Dice el proverbio que “Dios nos dio dos orejas y una sola lengua para escuchar mucho más que hablar”. Si sabemos escucharnos y escuchar estamos en el buen camino para comunicarnos.

martes, 19 de febrero de 2013

El recibo del agua y la basura


¿Somos personas que perdonamos, que hacemos borrón y cuenta nueva?
¿A quién no le ha tocado hacer limpieza en casa alguna vez? Recoger la mesa, lavar la loza, guardar la ropa, bajar la basura, barrer y fregar el suelo, limpiar el cuarto de baño… Tengamos o no ayuda en la casa, debemos hacer estas tareas si queremos vivir en un hogar agradable.
Mantener limpio el cole también es tarea nuestra si queremos disfrutar de un lugar en el que resulte agradable. Así, intentaremos mantener nuestras cosas recogidas (en la mochila o en el pupitre tendremos las cosas ordenadas); usaremos las papeleras tanto en las aulas como en los patios o en los aseos; cuidaremos nuestra higiene y aseo personal (ducha después de educación física, manos limpias, ropa limpia y aseada… Que apetezca estar a nuestro lado). En nuestros deberes escolares y en los trabajos que entreguemos también deberemos cuidar la presentación, la orden, la limpieza… Cuidar todos estos y otros detalles es importante porque así nos sentiremos a gusto con nosotros mismos y los demás con nosotros.
Y además de ponernos al día en la limpieza de nuestra casa familiar y en nuestra segunda casa, la escuela, hoy también te invitamos a hacer limpieza metafórica en tu vida, a usar agua y jabón en forma de perdón en tu día a día.
Empieza por perdonarte a ti mismo, a ti misma, y date una nueva oportunidad para intentar ser feliz: Quizás utilizas un vocabulario un poco grosero; intenta decir lo mismo pero sin tacos. Quizás haces las tareas escolares de cualquier manera; intenta poner orden y empezar a ser más organizado/a para que te dé tiempo a todo y todo esté lo mejor posible. Quizás sientes envidia de otras personas y te dedicas a hablar mal de ellas; intenta analizar qué es lo que te molesta y por qué, después trabaja para mejorar en ti lo que te gustaría tener y desecha los malos sentimientos.
Después, pasa a perdonar los demás “hasta setenta veces siete”: Quizás usas una vara de medir para los demás y otra diferente para ti, justificando lo que tú haces y censurando lo que hacen los otros; intenta ser justo contigo y con los demás y aprende a distinguir lo que está bien de lo que está mal y actúa en consecuencia.
Quizás… Seguro que se te ocurren muchas cosas con las que hacer limpieza en tu vida. Atrévete a hacer una inspección y un plan de mejora para que habitar en ti sea la experiencia más placentera de tu existencia, para que tú (tu casa, tu ser) seas el mejor hogar para ti.

martes, 5 de febrero de 2013

El recibo de la luz


¿Somos personas que hacemos que quienes están a nuestro lado se sientan a gusto?
A vuestros padres les duele tener que pagar cada mes el recibo del gas, sobre todo en los meses de invierno, cuando el consumo aumenta una enormidad, y más en estos tiempos de crisis que vivimos. Pero nos hemos acostumbrado tanto a las comodidades, que no nos imaginamos una casa sin calefacción (sobre todo si está en un lugar con clima frío y húmedo), ni una casa en la que no haya agua caliente apenas abrimos el grifo, para ducharnos, lavar, fregar, etc. Cuando hay una avería y no funcionan ni la calefacción ni el agua caliente bien que lo valoramos y lo echamos de menos…
También, qué gustito entrar en el cole cuando vamos por la mañana en días del frío invierno y notamos que la calefacción está encendida. Es un signo de acogida, para que te sientas como en tu casa. Pero si es importante el calor del radiador, más importante es el calor del corazón.
En el cole nos sentimos a gusto, como en casa.  Nos sentimos una familia, notamos que se nos quiere y se nos valora.
En este día, y siempre, trata a los que están a tu lado de manera que también ellos sientan el calor de tu corazón. Pero no les pases recibo por ello. El corazón siempre da gratis.

martes, 22 de enero de 2013


Cuando he visto el encargo de mi jefe, me he puesto a pensar en grandes acontecimientos históricos que han producido cambios importantes en el mundo. Sin embargo, me ha parecido más interesante pensar en los avances tecnológicos que han cambiado la vida de las personas no siempre para bien. He aquí unos ejemplos:
  • El GPS: Creada en 1978, estas son sus siglas en ingles que quiere decir sistema de posicionamiento global. Capta la posición exacta en cualquier lugar del planeta. Se utiliza en coches, aviones y barcos. Por ejemplo los científicos se lo ponen a las tortugas para ver de donde a donde migran.
  • El Walkman de Sony: Inició en 1979, escuchar música en movimiento sin molestar a la gente que está alrededor y su icono era “Personal Stereo”. Esto ha ido cambiando y evolucionando como ahora que tenemos el iPod creado por Apple.
  • El código de barras: Ha cambiado el modo en que compramos, que permite acceder a los detalles de los productos como su precio y cantidad pasándolo simplemente por un láser.
  • Comida precocinada: Su apogeo fue en los 70 y ha cambiado nuestra forma de comer. Se hizo con la finalidad de no perder tiempo cocinando aunque también ha afectado a que cada día exista más gente obesa por su alto contenido en grasa y sales que contiene para que dure más.
  • PlayStation: en 1994, en estas fechas el cine y los videojuegos valen lo mismo ya que tienen altos índices de venta con una cantidad aproximada de ingresos de más de 15 billones de euros en 2008.
  • Mensajes de texto: Entre los jóvenes entre 13 y 17 años de edad, los mensajes de texto han suplido las llamadas telefónicas y han cambiado incluso el vocabulario y gramática.

Podría hablarte de algunos más como el dinero electrónico, las redes sociales o el microondas, aparatos sin los que la vida se nos haría más difícil. Todos han sido creados para hacernos la vida más fácil. Tenemos que usarlos de manera equilibrada, que no se conviertan en avances negativos para la vida y la libertad de las personas.

martes, 15 de enero de 2013

Soñar es saludable


Hoy vamos a escuchar cómo podemos hacer realidad nuestros sueños. Son tres pasos: tener un sueño, conseguirlo y  disfrutarlo.
Lo primero que debes hacer es preguntarte sinceramente cuáles son tus metas,  pues estas  deben estar claras para lograr  tu sueño.
En este proceso ayuda que al dormir sueñes con algo bueno, que te haga sentir bien, que te aporte felicidad, aunque no esté directamente relacionado con tu meta-sueño. Los  sueños nocturnos se pueden redirigir. Hazlo del siguiente modo:
Cuando te acuestes, antes de cerrar los ojos, piensa en algo agradable y visualízalo, sin tensionarte; simplemente lo piensas, lo visualizas, te sonríes y  ¡a dormir! Según unos estudios científicos, la mente, al dormir, suelta una sustancia llamada mielina que estimula el proceso del sueño como algo reparador, para que te levantes descansado.
El primer paso ya está: ya  has soñado en positivo.
El  segundo paso es conseguir lo que te propones. Esto es un proceso para lo que requerirás  1º pasión  y  2º constancia.
El tercer paso es disfrutarlo mientras vas teniendo pequeños adelantos de tu sueño de vida. Márcate pequeñas metas intermedias, así disfrutarás del camino sin agobios y sin ansias por tenerlo ya. Para disfrutar de este camino, comparte  tu sueño/ilusión/planes con la gente que te importa.
Soñar es fuente de salud y de proyecto de vida; así también lo vivió Don Bosco.

Vídeo médicos y voluntarios del Hospital San Juan de Dios, en colaboración con el cantante Macaco: