martes, 28 de febrero de 2012

Los problemas del agua potable

En los inicios del siglo XXI, cerca de 1.000 millones de personas no tienen un acceso regular al agua potable, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este organismo afirma que el mundo se enfrenta a una grave crisis humanitaria por la escasez de agua y por la falta de redes de alcantarillado, que afecta a 2.500 millones de personas.

Así están las cosas, y paradójicamente en el 2015 se proyecta enviar a Júpiter una nave espacial para buscar agua en ese planeta, cuando aquí no podemos dar en África o en la India el agua que la gente necesita.

En muchas naciones, como en las de África subsahariana, las más pobres del planeta, el problema no es tanto la falta de agua, sino la infraestructura para poder canalizarla a todos los hogares y su ulterior tratamiento una vez utilizada. Por ejemplo, Etiopía tiene una capacidad de almacenaje de cinco metros cúbicos de agua por persona y por año, mientras que en Estados Unidos la cifra llega a 19.000 metros cúbicos por persona.

La crisis humanitaria que ha originado este problema es responsable de la muerte de casi dos millones de niños al año por enfermedades asociadas a la carencia de infraestructura sanitaria.

En muchos países en desarrollo el promedio de uso diario es de cinco litros de agua potable por persona, muchas veces traída desde lugares lejanos. Esa es la misma cantidad que se usa al tirar de la cadena en Europa.

La ONU ha iniciado una campaña para conseguir que cada habitante del planeta pueda acceder al menos a 20 litros de agua potable diaria, al margen de donde viva o de su nivel de desarrollo.

martes, 21 de febrero de 2012

El dolor de las heridas y el dolor de las mentiras

En lo más profundo del bosque habitaban una mona y una tortuga. Desde hacía mucho tiempo eran grandes amigas. Jugaban juntas, comían juntas y también discutían juntas. Un buen día la mona se acercó a su amiga la tortuga y le dijo: "Un golpe es peor que una mentira. Los golpes hacen daño, las mentiras no".La tortuga, que era sabia, le respondió que las mentiras suelen ser mucho peores que los golpes. Y decidieron experimentarlo.
A instancias de la tortuga, la mona cogió un palo con el que pinchó en una pata a la tortuga. Le salió un poco desangre. La tortuga no se quejó del dolor, se aplicó unas hierbas medicinales sobre la lesión y a la mañana siguiente ni se acordaba de aquel golpe que le había dado la mona.
Fue ahora cuando le tocó el turno a la tortuga. Se fue a la ciudad, compró un pedazo de carne, lo condimentó y lo partió en pequeños trozos. Luego colocó los pedazos de carne condimentada sobre las ramas de un árbol. Luego se dirigió corriendo a donde estaba su amiga la mona y le dijo: "He encontrado un árbol que produce trozos de carne ya adobada. Si quieres te digo donde está". Cuando llegaron al árbol que había preparado la tortuga, la mona se subió a él y comenzó a comer con avidez.
La tortuga se fue corriendo al pueblo. Buscó al perro y le dijo que había encontrado un árbol que daba trozos de carne. Guiado por su olfato, se acercó hasta el árbol donde comía tranquilamente la mona. Cuando el perro vio a la mona, comenzó a ladrar fuertemente. La mona se asustó y se subió a las ramas más altas. Pero viendo que el perro seguía ladrándole comenzó a tirarle pequeños trozos de carne ya aderezada. Siguió ladrando y ladrando por espacio de tres días y tres noches en las cuales la pobre mona no hacía otra cosa sino lanzarle de tanto en tanto pedacitos de carne. La mona, que tenía mucho miedo a los colmillos del perro, pasó tres días allí en el árbol lamentándose y sufriendo.
Al cuarto día apareció un leopardo, el perro, asustado, huyó. El leopardo desde abajo viendo que ya no quedaba carne, pensó subir y comerse a la mona.
Fue entonces cuando la tortuga le dijo: "Deja en paz a esta mona y busca una mejor presa. ¿No ves que lleva varios días sin comer y está en la piel y los huesos?. No va a ser un buen bocado".Convencido el leopardo por la tortuga, se fue a cazar a otro sitio y la mona pudo descender del árbol. Descendió hambrienta y aterrorizada.
Cuando estuvo abajo su amiga la tortuga le dijo: "¿Ves como una mentira hace más daño que una herida? Yo sufrí unas cuantas horas por la herida que me hiciste. Pero la mentira que yo he urdido te ha hecho sufrir durante varios días y varias noches. Y durante ese tiempo nada podía curarte".La mona lo comprendió todo. Nunca había pasado tanto frío, tanta hambre y tanto miedo.

martes, 14 de febrero de 2012

Y nosotros, ¿qué podemos hacer?


Y nosotros ¿qué podemos hacer?
Manos unidas nos propone este año en su documento base la actitud del buen samaritano, que “sirve para expresar el principio de la ‘compasión’, como la determinación constante de hacer lo que esté en nuestras manos para entrar en la enfermedad del ‘otro’, compartir sus penas y aliviar su sufrimiento. Es una forma de ‘hospitalidad’, de recibir en casa al enfermo, nuestro prójimo. Los enfermos de SIDA, malaria, tuberculosis, chagas, dengue, entre otras enfermedades, tienen valor para nosotros, nos importan, son seres humanos que no pierden su dignidad ética; nuestra compasión activa nos compromete con ellos para ser compañeros de viaje en la recuperación de sus salud y en el desarrollo de sus capacidades”.

martes, 7 de febrero de 2012

El león y los tres bueyes


Dos refranes que pueden aplicarse a nuestras vidas dicen,  “La unión hace la fuerza” y “Si siembras vientos, recogerás tempestades”.
A propósito os voy a contar una vieja fábula: “Había una vez tres bueyes que todos los días pastaban juntos en un prado. Un león quería devorarlos, pero no podía porque siempre estaban los tres bueyes juntos y se protegían y ayudaban unos a otros enfrentándose incluso al león. Un día se le ocurrió al león que podía enfadarlos si hablaba mal de todos ellos diciendo que habían sido ellos mismos, los bueyes, los que hablaban mal y criticaban a sus propios compañeros.
Las habladurías les hicieron desconfiar unos de otros y ya no les apetecía pastar juntos y se desunieron, momento que aprovechó el león para devorarlos uno a uno tranquilamente”.
Qué negativo es hablar mal de los demás y destruir su fama con mentiras inventadas. Qué fácil destruir la buena imagen que de esa persona puedan tener los demás. Destruir esa imagen, aunque luego se demuestre que lo dicho no es más que mentiras y habladurías, es algo muy difícil de superar y suele suponer la destrucción de la persona.