No sé si todavía no te has dado cuenta de que vivimos en una situación de crisis económica que está afectando seriamente a las familias.
Cada día hay más personas en paro y menos dinero en las casas.
Tú y yo no podemos solucionar la crisis. Pero igual podemos ayudar a que en nuestra casa no se note tanto. Pregúntate lo siguiente:
¿Cuánto has gastado este último mes en teléfono?
¿Quién corre con tus gastos habituales?
¿Cuánto ha sido el gasto familiar de electricidad, gas, alimentación?
¿Cuánto cuesta la ropa que usas y la que está en el armario y ya no usas?
Si no somos capaces de responder a estas preguntas, creo que aún tenemos una asignatura pendiente en nuestra vida diaria. La asignatura de saber lo que cuestan las cosas y el conocimiento del valor de lo que nos rodea.
Habituarnos a hacernos estas preguntas y, si vivimos en familia, a conocer sus respuestas tanto padres como hijos, podría quizás a ayudarnos a vivir un consumo más inteligente y moderado, una vida más austera y una forma de educar a los jóvenes en la corresponsabilidad.
Si no somos capaces de responder a estas preguntas, creo que aún tenemos una asignatura pendiente en nuestra vida diaria. La asignatura de saber lo que cuestan las cosas y el conocimiento del valor de lo que nos rodea.
Habituarnos a hacernos estas preguntas y, si vivimos en familia, a conocer sus respuestas tanto padres como hijos, podría quizás a ayudarnos a vivir un consumo más inteligente y moderado, una vida más austera y una forma de educar a los jóvenes en la corresponsabilidad.
No está de más, de vez en cuando, creo yo, saber lo que vale un peine
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