Hoy abordaremos una realidad que parece olvidada: África, en la actualidad, es un continente que se muere de hambre. Recuerda que sólo en la zona conocida como el Cuerno de África, más de 13 millones de personas están en riesgo por la falta de alimentos.
La situación de hambre y pobreza que sufren muchos países africanos no es una novedad. Entonces ¿qué sucede cuando sabemos que en el mundo se produce alimentos para cerca de 12.000 millones de personas y en el planeta somos alrededor de 7000 millones? o ¿qué hacer cuando vemos países como Estados Unidos o Australia que sufren periodos fuertes de sequías pero sus poblaciones no se mueren de hambre como en África? ¿Qué ocurre?
Estamos hablando de injusticia; de una situación que hay que cambiar. Y se puede cambiar, pero es necesario querer. Ya conoces el dicho: “QUERER ES PODER”
“El hambre es un problema político. Es cuestión de justicia social y políticas de redistribución” señala Oliver Schutter (defensor del derecho a la alimentación en la ONU)
Según la ONU, el África subsahariana en 1990, contaba con 240millones de personas que vivían en la extrema pobreza. En 2000, eran 300 millones y para 2015, la previsión es que supere los 345 millones.
Somos conscientes que en estas realidades los más perjudicados siempre son los más débiles; es decir los niños, jóvenes, mujeres, enfermos,…
En realidad, no se trata de acudir en la emergencia sino de poner remedio para evitar que esto vuelva a producir.
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